Finalmente, pude ver la película «La Ballena». Conmovedora es decir poco.

Todas las actuaciones me parecieron geniales. Si algo puedo decir en contra de esta película, sería solamente que cuenta una historia, no todas las historias sobre los temas que trata y no es ni mucho menos una declaración de principios.

Lo que le pasa al protagonista me ha pasado a mí o a personas muy cercanas, por eso no puedo dejar de sentirme identificado en cierta medida.

Quizás estoy un poco inmunizado ante las situaciones y escenas más fuertes y polémicas de esta película. Primero, comentemos algunas cosas sin spoilers para aquellos que no han visto la película.

Esta transcurre totalmente en una sola habitación, como la obra de teatro en la que está basada. Igualmente, uno no siente que le falte nada.

El protagonista está autorecluido en esta habitación, trabajando a distancia con la cámara apagada para evitar mostrarse, ya que en los últimos años ha duplicado su peso, pasando de ser una persona considerada con sobrepeso a adquirir lo que llamamos obesidad mórbida. Lo que lo lleva al borde de la muerte, ya que no sigue ningún tratamiento ni actividad física y se rehúsa a ir al hospital.

Ahora, si voy a contar con algunos spoilers, estamos viendo la historia de un hombre con una profunda depresión, con grandes traumas y heridas emocionales que no se exploran mucho, solo el gatillo que es el suicidio del amor de su vida años atrás.

El protagonista no se victimiza, simplemente decidió morir sin apuro, y el arma homicida es la obesidad, a la cual obviamente tenía predisposición, pero que en otras historias sería el alcoholismo, las drogas o un estilo de vida peligroso.

La obesidad mórbida está muy bien lograda, no solo estéticamente sino también en la movilidad, la frustración, los atracones. He visto y experimentado esto en carne propia.

Gente querida ha muerto de esa manera. A mí no me impresiona ni me resulta grotesco, solo es realista. Siento que hacía falta una película que mostrara esto, ni más ni menos.

Puede que falte contexto, pero eso se puede desarrollar en otras historias.

El golpe está bien dado, y si para mucha gente le impresionó, es porque se negaban a ver esa realidad. Por eso, la gordofobia es una discriminación invisible, porque la gente no la ve.

La película no es un panfleto, porque no la muestra como tal. Hace algo mucho más genial: la provoca en el espectador y hace que la gente hable del tema. Eso es infinitamente mejor.

Lo mejor es que ves un personaje que no podes salvar con ningún discurso, la gente que lo intenta no tiene de donde agarrarse, no lo podes poner a dieta, no los vas a convencer de nada, ya está todo el pescado vendido como dicen en mi país.

Gonzalo Vazquez
@anti.gordofobia.uruguay